Embarque hacia un nuevo mundo
Jorge Franco, El mundo de afuera, 2014
Don Diego es un colombiano muy rico. Tras un viaje a Europa, se enamora de Dita, una alemana, y decide llevarla a su país y a su ciudad natal, Medellín.
Abordaron un barco de la naviera Norddeutscher Lloyd con sus baúles de ropa y treinta guacales1 de todos los tamaños. Dita prefirió el barco al avión para desprenderse2 lentamente de lo suyo.
-El aire irá cambiando poco a poco, y el cielo y el clima -le dijo a don Diego-. Un avión no te da tiempo de saborear la nostalgia, te lleva muy rápido y cuando llegas tienes que ocuparte de tu nueva vida. En cambio el barco… Tienes todo el tiempo del día para los recuerdos, para extrañar. Puedes sentir la distancia en la estela del barco, en los colores del agua. Todo el mar es uno solo. Hasta puedo llorar recostada en la baranda, sabiendo que esas aguas son el mismo mar del Norte.
-Podrías arrepentirte3 en el trayecto -la interrumpió don Diego.
-No -dijo segura.
-Me gusta lo del barco -dijo él-. Así como lo cuentas, se parece más a las películas.
Dita le sonrió. No todo será pérdida, también iré ganando, le dijo. Iré dejando el frío para habituarme al trópico. Nadie puede acostumbrarse al trópico, le alegó don Diego. Creo que ni siquiera puedes imaginártelo, menos mal que solo estaremos de paso, después en Medellín encontrarás un clima más amable. Está bien, dijo ella, entonces que el viaje sirva para acostumbrarme más a ti.
Llegó el día de partir y abordaron muy abrigados por el invierno europeo. Se sorprendieron de que todavía tanta gente prefiriera viajar a América en un transatlántico. Ya se pronosticaba el fin de esa ruta. Sin embargo, aún mantenían las comodidades y los lujos que venían ofreciendo durante décadas.
-Espero que este viaje también nos apacigüe4 los nervios -le dijo don Diego a Dita cuando se acomodaron en un camarote de primera clase.
1 Guacales: des caisses
2 Desprenderse: dejar atrás
3 Arrepentirse: regretter
4 Apaciguar: tranquilizar
Santo Domingo, toda historia
Santo Domingo es Patrimonio Cultural de la Humanidad y ha conservado todo el esplendor de la época colonial, que se refleja en sus magníficos edificios de aquella época de los que se puede decir con orgullo que fueron las primeras construcciones del Nuevo Mundo.
Realizar una visita de día al Jardín Botánico estimula nuestros sentidos con una explosión de colores y fragancias.
Al llegar la noche podemos pasear por el malecón del puerto y de paso sumergirnos con ron y merengue en el ritmo de vida dominicano.
Si pasa varios días en la capital, debería visitar los museos y realizar en cualquier caso un trayecto en el nuevo metro inaugurado recientemente, pues en las paradas principales se celebran exposiciones de arte dominicano contemporáneo
Llegada al Nuevo Mundo
Jorge Franco, El mundo de afuera, 2014
Por fin los vientos tibios soplaron por las terrazas del barco y los pasajeros pasaron más tiempo tendidos en las asoleadoras1. Guardaron en las maletas la ropa de lana y pesada del invierno. Ya podían dormir con las ventanas abiertas, aunque poco después tuvieron que cerrarlas para prender el aire acondicionado. Dita se sintió muy bien con el cambio de clima, pero don Diego se quejaba2. Ella imaginó que el calor era igual en todas partes del mundo. El del Caribe, sin embargo, le pareció distinto.
-La diferencia son los olores -dijo él-. El calor levanta de todo.
-No te pones la ropa adecuada -le dijo Dita.
-Ninguna ropa de verano es adecuada -renegó don Diego-. Es deslucida, no viste bien.
El barco hizo una escala en Santo Domingo, donde Dita se enfrentó, por primera vez, con una nueva civilización.
-Hay algo distinto además de los olores -dijo Dita.
-¿Qué?
-Me parece que todo.
Nada de lo que vio se le pareció a algo que ya conociera. Ni siquiera los carros3, que eran más coloridos, descapotados, largos y amplios. Ni los baños, ni las camas, ni la ropa ni la gente. La parada fue muy corta para que terminara de sorprenderse con el nuevo mundo.
-Y eso que no has llegado a Barranquilla -le dijo don Diego.
-¿Es mejor?
Él hizo un gesto que Dita no supo si era de burla o molestia.
-Es Barranquilla -dijo don Diego, sin agregar nada más. […]
Dos días después, en medio de un calor infernal, bajo un sol que distorsionaba el horizonte, llegaron a Puerto Colombia. Varios negros en canoa rodearon el barco y decenas de niños se botaron al mar, sonrientes y en pelota. La bandera, con los tres colores desteñidos, apenas se movía por la falta de brisa. En pocos segundos Dita entendió por qué don Diego no había comentado nada cuando mencionó Barranquilla. Con horror y fascinación miró a su paso chozas, tierra, arena, desorden y pobreza. Por no ofender, se abstuvo de preguntarle a don Diego si así sería el paisaje de Medellín. Él, a punto de derretirse4, se ocupaba de los guacales que seguirían su trayecto por el río, y del equipaje que iría con ellos en el avión.
Dita esperó sentada bajo un ventilador ruidoso, muerta de la sed. Don Diego le había advertido que no aceptara nada de beber. Entre el gentío y la bulla5 se la carcomía por dentro la duda de si había cometido un grave error.
1 Las asoleadoras: les chaises longues
2 Quejarse: protestar
3 Los carros: los coches
4 Derretirse: fondre
5 La bulla: el ruido
¿Qué medio de transporte eligió Dita para viajar a Medellín? Apunta un ejemplo del texto para contestar la pregunta.
¿Qué motivó la elección de ese medio de transporte?
Entre las afirmaciones siguientes, selecciona la que es falsa. Justifica con una frase del texto.
Completa la frase apoyándote en el texto: Para Dita el viaje también era una manera de…
Apunta el elemento que no se remite al cambio de clima.
Dita descubrió un mundo desconocido en el Caribe. Apunta tres elementos que lo evidencian.
La llegada a Barranquilla despertó en Dita sentimientos contrarios. Selecciona la buena propuesta.
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Comment qualifieriez-vous les visions du Nouveau Monde qui se dégagent des documents 2 et 3 ?